jueves, 18 de diciembre de 2008

Carta de Despedida

Mis Queridos Chiquitines.

Había una vez un arbolito feliz. Entre sus ramas había pichones traviesos que jugaban y piaban todo el día. El árbol conocía muy bien a todos y los quería, los quería tanto... Cuando hacía frío los pichones se acurrucaban entre sus hojas y si el sol estaba tibiecito, el árbol, moviendo sus ramas, les hacía dar saltitos invitándolos a jugar. Pero un día, entre saltito y saltito, los pichones subieron la rama más alta del árbol y vieron un azul hermoso y un bosque lleno de otros árboles que no conocían. Se dieron cuenta entonces que sus alitas habían crecido lo suficiente como para intentar volar. Un aleteo...y otro más...y por fin el cielo no pareció tan lejano. Uno a uno, los pichones se fueron volando. El árbol los miró partir con orgullo, porque entre sus ramas los había cuidado durante mucho tiempo. Él sabía que en una tarde de lluvia los volvería a ver acurrucándose entre sus ramas, los recordaría siempre a cada uno de sus pichones. Esa noche el árbol quedó sólo y vacío. A la mañana siguiente no sólo el rocío mojaba sus hojas....nadie se había dado cuenta que había llorado.
Sin duda que esta historia es la nuestra, ustedes volaran y volaran muy alto y este árbol los observara de lejos, pero muy orgullosa de haberlos tenido.
Hoy es un día especial. Y es en momentos como éste cuando más que decir un montón de palabras, las palabras se sienten. Palabras del corazón de una maestra que quiere regar el camino para llegar a ti y abrazarte. Palabras del corazón que recuerdan todo lo vivido cuando compartimos todo. Porque juntos pudimos disfrutar lo mejor, derramar algunas lagrimas y cantar a viva voz. Por tantos tiernos recuerdos y todo un caudal de amor.
Es el momento de despedirnos no de decir adiós, sino hasta pronto. El hermoso viaje que comenzamos juntos hace dos años hoy llegó a su fin. ¡Qué lindo es mirar para atrás , como asomándose por una ventana y recordarte con esa carita de asustado, con tu delantal, tu mochila nueva y una rica colación . Trabajamos mucho, como hormiguitas laboriosas, sin descuidar los detalles, compartiendo y ayudándonos a crecer. Muchas veces, te diría que casi todos los días, me sentí una gallina, rodeada de sus pollitos. Compartimos paseos, disfrutamos de las tardes de sol y de mañanas de frio. Debo reconocer que disfruté mucho estando con ustedes, porque el entusiasmo y curiosidad me contagiaron y renovaron cada día. Junto a tu familia intentamos hacer de ti una buena persona, quisimos hacer que crecieran tus alas para ayudarte a volar durante toda tu vida. Hemos pasado momentos muy buenos. Me quedo con la carcajada, la emoción, la sorpresa, los perdones, el juego, la alegría... Puse de mí lo mejor. Pido perdón por aquellas cosas que me salieron mal, aún proponiéndome hacerlo bien. Yo te aseguro que tu lugar en mi corazón será siempre tuyo...
Querida familia hoy ya forman parte de mis afectos. ¡Gracias por haberme confiado a tu tesoro más grande, tu hijo! Les deseo una ¡FELIZ NAVIDAD Y UN PROSPERO 2009! Con todo el cariño de quien mucho los quiere...
Profesora Lucila Silva Rojas.
19 Diciembre 2008

1 comentario:

Catalina Ruiz dijo...

Hola Profesora: A leer su carta, me di cuenta que todo lo que escribió es cierto, me gustó mucho su carta, y ojalá sus chiquitines también vayan a verla en el próximo año.

Le desea lo mejor en su vida.

Catalina Ruiz: Alumna de la clase de Teatro.